¿Qué son las metodologías ágiles en el gobierno de datos?
Para descubrir qué son las metodologías ágiles, es importante saber que el manejo de grandes volúmenes de datos requiere de soluciones que permitan renovar los métodos de trabajo y enfrentarse a las innovaciones que van apareciendo. El principal requerimiento es el de agilizar el desarrollo de proyectos, para que estos puedan adaptarse a las necesidades de un mercado en constante cambio.
De acuerdo a Deloitte, las metodologías ágiles marcaron un hito en la historia del desarrollo de software. Junto a ellas, las empresas sufrieron una revolución a través de la cual consiguieron dar respuesta al mercado a una velocidad que nunca antes lo habían hecho y con un bajo índice de error. La metodología ágil fue el primer paso para llegar hasta el punto en el que se encuentra ahora el mundo empresarial pero, ¿qué es y cómo surgió? ¿Cuáles son sus principales ventajas? ¿En qué se diferencia del método scrum?
¿Qué son las metodologías ágiles y cómo surgieron?
En el mundo del big data, es importante conocer qué son las metodologías ágiles: son un método de trabajo que permite a las empresas adaptarse a cada proyecto dependiendo de su circunstancia y del volumen de datos que supone. De esta manera, se consigue la flexibilidad y la rapidez para dar respuesta a las exigencias individuales de cada uno de ellas y amoldarse a cualquier cambio para una solución inmediata, con el objetivo de desarrollar productos y servicios de calidad que respondan a las necesidades de los clientes de un mercado que cambia a una velocidad cada vez mayor.
Los expertos aseguran que las metodologías ágiles van más allá del desarrollo de una planificación con implicaciones tecnológicas; es una filosofía que supone una forma distinta de trabajar y de organizarse. Cada proyecto se divide en pequeñas partes que tienen que completarse y entregarse en una corta duración de tiempo. Después, los equipos de trabajo que forman parte de esta metodología realizan reuniones diarias en las que cada miembro tiene que explicar tres aspectos: qué tareas ha completado, con cuáles va a continuar, y si los hubiera, señalar los impedimentos que no le han permitido avanzar. Estas sesiones -denominadas ‘dailys’- sirven para mejorar el trabajo en equipo, orientarse sobre la situación laboral de cada uno y concienciar sobre cómo colaborar para que el proyecto siga avanzando.
¿Cómo se introdujo la metodología agile en el mundo laboral?
Antes de descubrir las metodologías ágiles, la ejecución de un proyecto nuevo seguía un proceso lineal que tenía una duración media de uno o dos años para su consecución. Además, al implicar tanto tiempo y una tecnología de datos que nada tiene que ver con la actual, se corría un gran riesgo de no adaptarse a la demanda final del cliente. Cuando esto sucedía, se optaba por soluciones de urgencia o incluso por volver a empezar de cero, lo que suponía una mayor pérdida de tiempo.
Por eso, el método agile nace junto a la industria del big data, cuando las empresas comienzan a reclamar un sistema de trabajo que mejore la forma tradicional, puesto que retrasa mucho la entrega del producto o servicio final. Y fue así como, en el año 2001, se reunieron los CEOs de las principales empresas de software en Utah -la sede central de la tecnología- para crear el ‘Manifiesto Agile’, un modelo en el que se planifica, se crea, se comprueba el resultado y se mejora.
Las ventajas de la gestión de proyectos con metodologías ágiles
El principal beneficio para todo el que conoce qué son las metodologías ágiles y las aplica en sus proyectos es que fomenta el trabajo en equipo, es decir, todos los participantes aportan su grano de arena durante el proceso. A su vez, los equipos se dividen en un número reducido de miembros con una diversidad de roles. De esta manera, y junto con las entregas más rápidas, el producto es exactamente lo que el mercado está demandando en el momento en el que lo está demandando.
Aunque el trabajo en equipo es uno de los principales beneficios que se obtienen de la gestión de proyectos con metodologías ágiles, también existen muchos otros:
- Mejora la calidad de los proyectos. Minimiza los errores gracias a la rapidez con la que se entienden las necesidades del mercado antes de que suceda un cambio.
- Requiere un mayor compromiso. Genera conciencia de equipo, mejorando la calidad de las relaciones entre los trabajadores.
- Aumenta la rapidez de respuesta. Los proyectos se finalizan antes y se facilita la toma de decisiones, minimizando el margen de error.
- Aumenta la productividad. La asignación de tareas a cada empleado aumenta la eficacia, mejorando la producción según las prioridades de la empresa.
- Elimina elementos innecesarios del producto/servicio. Los datos proporcionan información sobre las funcionalidades que aportan un valor real.
- Es más rentable. Al entregar los proyectos en espacios cortos de tiempo, se obtiene capacidad para atender más clientes.
Metodología agile vs scrum: ¿cuál es la diferencia?
Una vez identificadas qué son las metodologías ágiles, es fácil definir el scrum, ya que es uno de los tantos marcos de trabajo que pueden surgir dentro de este método de gestión de proyectos. En este caso, el scrum tiene una serie de reglas definidas para ayudar a resolver el trabajo en base a los principios de metodología agile. También existen otros marcos de trabajo, como el Kanban o Extreme Programming, aunque este es el más utilizado.
En este sentido, para definir el marco de trabajo scrum es necesario idealizar qué enfoque de estimación prefieren las metodologías ágiles, ya que es el método más básico y que más representa su clásica filosofía. Por lo tanto, la misma definición del método agile define el marco scrum, donde el proyecto se divide en pequeñas partes que tienen que completarse y entregarse en plazos cortos, llamados sprints. De esta manera, si hay que realizar cualquier modificación, sólo se hacen cambios en la parte implicada y en muy poco tiempo. La base fundamental de esta técnica son las revisiones o reuniones, ya que plasman la transparencia del proceso y fomentan la comunicación para una mayor eficacia.
Al igual que las metodologías ágiles, el método scrum también divide el trabajo en pequeñas partes que deben completarse y entregarse en plazos cortos llamados ‘sprints’. De esta manera, en el caso de que haya que realizar cualquier modificación, solo habrá que hacerla en la parte implicada de forma rápida. La base fundamental de esta técnica son las revisiones y/o reuniones en las que se plasma la transparencia del proceso y se fomenta la comunicación para una mayor eficacia.
Si bien es cierto que todas las metodologías ágiles están compuestas por un equipo, en la metodología scrum se pueden diferenciar unos roles específicos para cada integrante del grupo. Por un lado, se encuentra el empleado que adquiere papel del cliente o dueño del producto: por otro lado, otro trabajador que se encarga de realizar el rol del Scrum Master, y por último, se encuentran los miembros del equipo de desarrollo.
En definitiva, las metodologías ágiles son una respuesta para el trabajo con un volumen alto de datos que ya se está integrando en prácticamente todas las industrias, como por ejemplo en el sector financiero, uno de los pioneros en implementar las técnicas de manejo de big data en la banca.
Descubre Grupo Next y cómo aprovechar la información a través del big data.