Carreteras conectadas y el coche inteligente: predicción de futuro
Las carreteras del mañana son el nuevo fenómeno que se está incorporando a la conexión 5G para facilitar la conducción del coche inteligente. Su apariencia será similar a la de ahora, pero semáforos, señales, túneles y demás elementos irán conectados para la recogida de datos.
De acuerdo al artículo Carreteras Inteligentes: las arterias del progreso de ACCIONA, aunque todavía queda mucho camino por delante para transformar las carreteras en inteligentes, algunos lugares del mundo ya disponen de este tipo de vías. Por ejemplo, uno de los países pioneros ha sido Dinamarca, con la implementación de una carretera inteligente de 8,6 Km de longitud. Otra de las más conocidas es, sin ir más lejos, la autovía A-14 de A Coruña, por donde pasan más de 25.000 vehículos a diario.
Pero, ¿de dónde surge este nuevo concepto de carretera conectada? El futuro cercano del coche inteligente es llegar a convertirse en coche autónomo. Sin embargo, esta tecnología es difícil de conseguir sin la ayuda de un sistema informático y la recopilación de datos que incorpora la carretera conectada. En este artículo descubrimos todos los detalles sobre esta novedosa autovía.
¿Cómo serán exactamente las carreteras conectadas?
Para que exista una gestión de datos más amplia con el objetivo de alcanzar diferentes beneficios, no solo debe estar el coche conectado, sino también la carretera. Aún así, no se trata tan solo de autopistas, sino de todo el concepto vial en su conjunto.
Por ejemplo, en una vía dentro de un poblado, si a los semáforos se les incorpora una cámara térmica para que detecten a los viandantes que están cruzando por el paso de cebra, el sistema informático será capaz de comunicar al vehículo -y por ende, al conductor- que debe frenar para dejar paso. Esto reducirá accidentes en zonas de baja visibilidad y mejorará la movilidad de los peatones.
Otro de los elementos que estarán conectados a la carretera son los túneles. Así, será posible avisar a los vehículos inteligentes de si existe algún accidente o una congestión. También podrán conectar con las señales de tráfico para recomendar al conductor si reducir o aumentar su velocidad de acuerdo a su posición en la carretera.
¿Qué aporta la carretera conectada al coche inteligente?
Una de las principales ventajas de la carretera inteligente, también conocida como smart-road, será la conexión en tiempo real. El coche conectado podrá comunicarse con otros conductores y cada uno podrá saber dónde está el otro, cómo se mueve y a qué velocidad circula. En este sentido, conectar el coche a internet permitirá disponer de información actualizada sobre todo lo que sucede.
Algunos apuestan por la red WiFi para lograr esta conexión, pero otros han optado directamente por la red 5G, ya que esta tecnología permite comunicarse en un intervalo de tiempo de 15 milisegundos. Y es que, según han indicado diversas fuentes, es la velocidad mínima necesaria para que el traspaso de información se de en tiempo real.
Asimismo, gracias al ancho de banda de la conectividad 5G, será posible disfrutar de ocio online y películas en streaming, entre otros, en el propio vehículo, haciendo los viajes mucho más entretenidos a los acompañantes, sobre todo a los más pequeños.
Beneficios para el ecosistema
Una de las ventajas de convertir parte de las carreteras en vías inteligentes es que permite tener en cuenta el ecosistema y pensar en las posibles consecuencias negativas para el entorno. De hecho, los proyectos de vías inteligentes tienen el objetivo de reducir las emisiones en el transporte.
Para el cuidado medioambiental hay que tener en cuenta diversos factores, como la capacidad de uniformizar la velocidad de los vehículos para evitar marchas cortas o frenazos, ya que son una de las principales causas de la contaminación, o los ecosistemas de la zona antes de su construcción, por ejemplo.
¿Para cuándo la carretera conectada?
Según diferentes estimaciones, para 2025 cada uno de los automóviles que circule será un coche inteligente. Cuando llegue esta fecha, las carreteras deberán de contar con un transmisor mínimo cada tres kilómetros para que la conexión con los vehículos sea efectiva.
Por otro lado, todo apunta a que la llegada del coche autónomo se dará en 2030. Para este tipo de automóvil se necesitará un transmisor por kilómetro y medio, pero estas modificaciones en las carreteras inteligentes se irán realizando de forma paulatina, ya que un transmisor puede llegar a suponer 10.000 euros y se trata de una inversión muy elevada.
En conclusión, queda poco para poder conducir por una carretera conectada. Para ello, es importante preparar los vehículos para el cambio y convertirlos en un coche inteligente. En Grupo Next contamos con la tecnología que necesitas para adentrarte en el futuro del automóvil y disfrutar de todas las ventajas que ofrece el coche conectado.
Conoce nuestro sistema Next Smart Car.